lunes, 1 de noviembre de 2010

PRODUCTOS CULTURALES

Este es un trabajo o área virtual que busca trazar un mapa de aproximación a algunas de las transformaciones que atraviesa la “sociedad del conocimiento” desde una perspectiva nueva, fortaleciendo nuestro sentimiento hacia un legado real.

Proyecto que nace del interés de una comunidad que guarda el valor o importancia de nuestro patrimonio, y busca el afecto constante de transmitir su desarrollo.


Bienvenidos!

PATRIMONIO CULTURAL ARTISTICO


 El Patrimonio Cultural Artístico tiene los mismos criterios constituyentes que los otros patrimonios, pero destaca el de creatividad artística. La genialidad individual forma parte de uno de los tres lados del triángulo diseñado por Prats:
Está constituido por las obras de arte.

La obra de arte está vinculada con valores estéticos, con la belleza. La calificación de la belleza es cambiante según las épocas y según las culturas, pero el conocimiento artístico ha permitido identificar muchas obras de arte que han trascendido su época y su espacio y que, por ello, una buena parte de ellas son consideradas patrimonio de la humanidad.

Como se sabe, existen corrientes dentro de la historia del arte que, con una serie de argumentos, consideran que el criterio estético no debe ser el único para calificar a una obra de arte, sino también el concepto. Los monolitos fueron destruidos o enterrados por los españoles no por criterios de belleza sino por los importantes significados que encerraban.


El arte contemporáneo precisamente, en muchas de sus manifestaciones se aleja de los cánones de la belleza occidental. El propio Picasso se ufanaba que muchas de sus obras se inspiraban en lo feo y en el horror.

Por eso, es mejor utilizar como criterio unificador: la creatividad.

¿Cuáles son los ámbitos? Las artes: escultura, arquitectura, pintura, danza, teatro, literatura, música, cine, textiles, muebles, cerámica, etc.

Ahora bien, existen cientos de miles de obras de arte, ¿cuáles son los criterios para que puedan ser consagradas como patrimonio cultural de un país o de la humanidad?

El principal documento de referencia es la Convención de la UNESCO de 1972.
Por ello es importante leerlo o releerlo.
Esta Convención para la protección del Patrimonio Mundial, natural y cultural, señala en su artículo 1 los ámbitos del patrimonio cultural (ver art. 1). En esa lista están elementos del patrimonio artístico, histórico y los sitios culturales que tienen de artístico, histórico e inmaterial.

El Artículo 11 de la Convención instruye a que cada Estado elabore el inventario de su patrimonio cultural y da los criterios generales para la elaboración de una Lista de los Patrimonios Mundiales, es decir, de las obras consagradas.

PATRIMONIO INMATERIAL

“El patrimonio inmaterial se transmite de generación en generación; es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia; infunde a las comunidades un sentimiento de identidad y continuidad; promueve el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana; es compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes; cumple los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible”.

Ampliando un poco más, un criterio fundamental para calificar un bien de inmaterial es la tradición que se transmite de generación (también hay otro tipo de transmisiones) y que tiene una continuidad histórica; pero, a la vez, es una tradición viva que se hereda, pero también se recrea, se transforma. Tiene que relacionarse con la identidad de una comunidad y ser un aporte a la diversidad cultural, tiene que ser representativa de la  creatividad de los pueblos.

 Otra característica importante es que está relacionada con comunidades, con colectividades culturales. La creación individual está protegida por los derechos de autor. Otro punto importante a definirse en cada país es que se entiende por comunidad y si existen comunidades transterritoriales y transnacionales.


También es importante resaltar que los bienes culturales inmateriales, para ser considerados como patrimonio no deben ser contrarios a los derechos humanos. Por ejemplo, costumbres que vayan contra la vida, la integridad, o la libertad de las personas. Por otra parte deben vincularse al desarrollo sostenible, a contribuir al logro del bienestar.

Es importante también recordar que la definición del patrimonio inmaterial, está estrechamente vinculada con el criterio antropológico de la cultura, entendida como la manera de vivir de los pueblos o “los rasgos distintivos que caracterizan el modo de vida de un pueblo o de una sociedad” . 

Para complementar la definición, es importante recordar el tema de la autenticidad que no es requisito para este tipo de patrimonio, como se ha visto en un anterior acápite. Al patrimonio inmaterial no se lo puede individualizar.

El patrimonio inmaterial se objetiva y se puede tocar esos objetos, se los pueden captar mediante los sentidos y se los puede analizar; pero su esencia es intangible, inmaterial. La esencia está en la mente y se la interpreta con el cuerpo; se objetiva, pero la mayoría de los objetos son efímeros, pero pueden reproducirse constantemente gracias a que están en la memoria de los pueblos.

Tiene una dimensión psicológica (inmaterial) porque forma parte de la psique de los pueblos, pero también tiene una dimensión sociológica porque se representa constantemente en la sociedad dentro de la comunidad o país o fuera de ellos.

CULTURA


Existen muchos conceptos de cultura, recordaremos dos criterios:

Cultura Transversal y Sector Cultura

Cultura en sentido humanístico y cultura en  sentido antropológico.

Aunque varias veces se han puesto ambos debates como dos aspectos contrapuestos,  creo que se complementan.

La cultura en un sentido amplio abarca toda la actividad humana, las políticas culturales deben ser transversales a todas las políticas, e, idealmente, en las grandes decisiones, debe tomarse en cuenta el criterio cultural, como para muchas, se toma en cuenta el criterio del medio ambiente.

No podemos negar que ninguna política cultural puede tener éxito si solo es asumida por las instituciones culturales y no por las otras carteras de estado y por la sociedad civil. Por ejemplo, la protección de la diversidad cultural es transversal a todo.

Se debe propender entonces a que las grandes líneas de una política cultural sean asumidas y ejecutadas por todas las autoridades y por toda la población. Los derechos culturales deben tener la misma jerarquía que los derechos civiles y políticos. Por ejemplo, es tan importante la libertad del individuo para comunicarse como la libertad de las culturas para expresarse.

Ahora bien, paralelamente al diseño de las grandes líneas transversales, es importante delimitar el sector cultura, para diseñar políticas más específicas.
Como afirma Edwin Harvey (1990) el sector cultura es el campo de trabajo para cualquier política cultural con sus objetivos, planes, estrategias, actividades claramente definidos, todo tendiente a satisfacer las necesidades culturales de la población.

La delimitación del sector cultura no es absoluta, es relativa, depende de cada país, de cada época. Es cierto que las tantas reuniones internacionales han establecidos criterios planetarios.

En esa delimitación se establecen los ámbitos o dominios específicos del sector cultura como la creación, las industrias culturales, la formación artística, etc. Uno de esos ámbitos, infaltable desde el siglo XIX, es el del patrimonio cultural

El otro debate es el relacionado con los criterios humanístico y antropológico para comprender  el sector cultura. Marshall Sahlins afirma:: “Cuando no se distingue entre “cultura” en el sentido humanista del término y “cultura” en su acepción antropológica, es decir, el conjunto de rasgos distintivos que caracterizan el modo de vida de un pueblo o de una sociedad, se origina gran confusión, tanto en el discurso académico como en el político. Desde el punto de vista antropológico, la expresión “relación entre cultura y economía” carece de sentido, puesto que la economía forma parte de la cultura de un pueblo...”
Si bien pueden darse ambigüedades y sin caer en un eclecticismo, la cultura se identifica con las grandes obras de arte y la creatividad individual (sentido humanista), como también con el modo vida de un pueblo (sentido antropológico). Es parte de la distinción entre patrimonio artístico y patrimonio inmaterial, separación didáctica porque ambos tienen mucha relación, como mucha relación existe entre un monumento y la identidad de un pueblo.

~ Por tanto la gestión del sector cultura abarca la producción cultural ( la creación, la re-creación, la interpretación, la formación, la difusión, las industrias culturales, las empresas creativas) así como el consumo cultural (servicios culturales, turismo cultural, etc) Tiene que ver con los bienes consagrados, o sea, el patrimonio cultural en general.

COMUNICACIÓN Y CULTURA


 El mundo de hoy está saturado de información. Los seres humanos estamos sumergidos en un mar de mensajes de comunicación. Estamos recibiendo más de lo que cada ser puede procesar y por lo tanto más de lo que puede soportar. Este fenómeno de invasión de información por las más diversas vías, nos obliga a intentar asimilar millones de datos, imágenes y palabras con contenido de la más diversa índole. Vivimos en la llamada era de la información.
En este panorama se destaca una verdad: la Cultura no tiene casi espacio, las actividades culturales ocupan un lugar verdaderamente insignificante en este mar de informaciones. Los medios de comunicación, los convencionales y los no convencionales, prefieren  decenas de otros temas: la política, el terrorismo, el medio ambiente, el avance tecnológico, la vida económica, los mercados, las pugnas religiosas, la pornografía, la crónica roja, las  tragedias naturales, el narcotráfico, los accidentes,  las guerras, los escándalos, los deportes, el folklore como espectáculo, la farándula,  los ídolos de este tiempo y otros  temas. En nuestro país este fenómeno es especialmente notorio y debe llamarnos a la reflexión. Radio, Televisión, Periódicos, Revistas, Publicidad, Internet, redes sociales y otros medios, en la práctica, ponen a  la Cultura en  un lugar secundario y marginal. El tema es complejo.
Primera respuesta posible: la Cultura es, realmente, un tema irrelevante. Segunda: podría ser que lo que se entiende por Cultura (algo de bellas artes “refinadas”, ciertas lecturas de temas profundos, música selecta) haya pasado de moda y sea prescindible. Tercera: Los medios de comunicación globalizados no valoran la Cultura y además ésta no es una buena fuente de ingresos. Cuarta: los gestores culturales y las instituciones culturales  hacemos muy poco por cambiar ese trágico panorama, no estamos preparados para usar los medios, no tenemos especialistas en Comunicación. Hasta quizá participamos  de ese desinterés.
La Comunicación está en el centro de la indagación sobre el ser y el actuar del hombre. Y, por ello, la indagación sobre la sociedad humana no puede prescindir de la  comunicación ni podría entenderse al margen de ella. De la misma manera, la Cultura, como constitutiva esencial del ser humano, es la gestora de la sociedad. De ahí que es imposible explicar la formación y el desarrollo del hombre como ser social, sin  la Cultura o prescindiendo del fenómeno de la Comunicación humana.
La relación Comunicación-Cultura es tan profunda que podemos afirmar que la Comunicación no “es” sin la Cultura y ésta, la Cultura, no puede “ser” sin la Comunicación. Toda actividad cultural es, también, una actividad de Comunicación.
Esta breve consideración inicial  habla por sí sola de la importancia fundamental de reflexionar sobre la Comunicación, sobre los medios de comunicación, sobre el uso de las formidables posibilidades de la tecnología de la Comunicación, sobre el manejo de las herramientas comunicacionales, para afirmar, dar relieve y difundir tanto los valores culturales e identitarios, como las actividades y programas de contenido y carácter cultural, tarea fundamental del gestor y de la gestora cultural.