lunes, 1 de noviembre de 2010

CULTURA


Existen muchos conceptos de cultura, recordaremos dos criterios:

Cultura Transversal y Sector Cultura

Cultura en sentido humanístico y cultura en  sentido antropológico.

Aunque varias veces se han puesto ambos debates como dos aspectos contrapuestos,  creo que se complementan.

La cultura en un sentido amplio abarca toda la actividad humana, las políticas culturales deben ser transversales a todas las políticas, e, idealmente, en las grandes decisiones, debe tomarse en cuenta el criterio cultural, como para muchas, se toma en cuenta el criterio del medio ambiente.

No podemos negar que ninguna política cultural puede tener éxito si solo es asumida por las instituciones culturales y no por las otras carteras de estado y por la sociedad civil. Por ejemplo, la protección de la diversidad cultural es transversal a todo.

Se debe propender entonces a que las grandes líneas de una política cultural sean asumidas y ejecutadas por todas las autoridades y por toda la población. Los derechos culturales deben tener la misma jerarquía que los derechos civiles y políticos. Por ejemplo, es tan importante la libertad del individuo para comunicarse como la libertad de las culturas para expresarse.

Ahora bien, paralelamente al diseño de las grandes líneas transversales, es importante delimitar el sector cultura, para diseñar políticas más específicas.
Como afirma Edwin Harvey (1990) el sector cultura es el campo de trabajo para cualquier política cultural con sus objetivos, planes, estrategias, actividades claramente definidos, todo tendiente a satisfacer las necesidades culturales de la población.

La delimitación del sector cultura no es absoluta, es relativa, depende de cada país, de cada época. Es cierto que las tantas reuniones internacionales han establecidos criterios planetarios.

En esa delimitación se establecen los ámbitos o dominios específicos del sector cultura como la creación, las industrias culturales, la formación artística, etc. Uno de esos ámbitos, infaltable desde el siglo XIX, es el del patrimonio cultural

El otro debate es el relacionado con los criterios humanístico y antropológico para comprender  el sector cultura. Marshall Sahlins afirma:: “Cuando no se distingue entre “cultura” en el sentido humanista del término y “cultura” en su acepción antropológica, es decir, el conjunto de rasgos distintivos que caracterizan el modo de vida de un pueblo o de una sociedad, se origina gran confusión, tanto en el discurso académico como en el político. Desde el punto de vista antropológico, la expresión “relación entre cultura y economía” carece de sentido, puesto que la economía forma parte de la cultura de un pueblo...”
Si bien pueden darse ambigüedades y sin caer en un eclecticismo, la cultura se identifica con las grandes obras de arte y la creatividad individual (sentido humanista), como también con el modo vida de un pueblo (sentido antropológico). Es parte de la distinción entre patrimonio artístico y patrimonio inmaterial, separación didáctica porque ambos tienen mucha relación, como mucha relación existe entre un monumento y la identidad de un pueblo.

~ Por tanto la gestión del sector cultura abarca la producción cultural ( la creación, la re-creación, la interpretación, la formación, la difusión, las industrias culturales, las empresas creativas) así como el consumo cultural (servicios culturales, turismo cultural, etc) Tiene que ver con los bienes consagrados, o sea, el patrimonio cultural en general.

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